Estas son las claves de una dieta saludable para los nios
Blanca García-Orea es conocida en las redes sociales como @blancanutri y ha sido calificada como una de las 100 mejores influencers de 2020 en nuestro país . Su primer libro, Dime qué comes y te diré qué bacterias tienes (Grijalbo) se presentaba como una guía para adultos en la que se resaltaba la importancia del intestino, al que calificaba como ‘el segundo cerebro de nuestro cuerpo’ . El próximo 10 de junio, sin embargo, lanza un cuento creado para los más pequeños de la casa. Porque ellos también tienen que comer bien y sano . Con él, asegura, “los niños sabrán cómo eliminar las bacterias malas y hacer cacas buenas”. El primer paso para entender el proceso digestivo de una manera muy fácil y didáctica, donde los niños verán la gran vinculación que existe entre la calidad de las emociones y el estado del sistema inmunológico.
En definitiva, Sanotes, sanitos (B de Block) es un álbum ilustrado para aprender a comer bien y cuidarse desde pequeños , pues su lectura está recomendada para niños a partir de 4 años . Valentina es su protagonista, quien vuelve de la fiesta de cumpleaños de su amigo Luis con molestias en la tripa, ¡ha comido demasiadas chucherías y ahora tiene bichitos malos en su interior! Por la noche, en un sueño muy revelador, serán estos bichos quienes le expliquen el funcionamiento del proceso digestivo para concienciarnos de la importancia de comer sano y variado para sentirse bien.
Por eso, hemos querido hablar con ella, para que nos cuente qué es lo que más nos preocupa a los padres en relación a la alimentación de nuestros hijos, por qué deberíamos enseñar a no comer por emociones y qué podemos hacer para que los más pequeños tengan interés por una alimentación saludable.
¿Qué les preocupa más a los padres en la alimentación de sus hijos? ¿Cuáles son las preguntas que más nos surgen?
Lo que más suele preocupar, de manera general a los padres es:
- Que el niño no coma.
- Todo lo contrario, que el niño coma en exceso.
- Que no le guste comer verduras o frutas.
- Qué tipo de alimentación les dan en las escuelas.
- Cuáles son los desayunos y snacks más adecuados.
- Cómo sustituir el azúcar .
- Y, por último, cómo hacer su alimentación más variada.
¿A qué nos cuesta más hacer frente como padres a la hora de dar de comer a nuestros hijos: el tiempo, la falta de información, etc?
Creo que la falta de información es la barrera más complicada ahora mismo, aunque es cierto que cada vez nos vamos concienciando más. Por ejemplo, aún la mayoría de los padres y abuelos creen que un niño que no desayuna galletas no es un niño. Todavía nos queda trabajo de concienciación en la alimentación infantil, parece que no nos damos cuenta que precisamente la alimentación de los niños es crucial porque es el momento en que se está formando el sistema inmune , y ¿quién no querría fortalecerlo? El problema es el desconocimiento de la relación que existe entre la alimentación y la inmunidad .
Un problema grave a nivel general, especialmente en los niños, que tú misma has comentado. ¿Qué hacemos con el azúcar?
Si tu hijo ya está acostumbrado a comer todo azucarado no intentes quitarle de golpe esa costumbre. Por ejemplo, si desayuna cacao azucarado con leche, podrías sustituir cada día 1/4 cucharadita de ese cacao azucarado por cacao puro. De esta manera, poco a poco, se irá acostumbrando al nuevo sabor.
De todas formas, lo más importante es que ellos entiendan qué hace el azúcar dentro de su cuerpo . Les ayudará a conocer qué comen los bichitos buenos de nuestro cuerpo y qué comen los bichitos malos. Y, al igual que con los padres, la información es conocimiento.
Otro problema también muy nuestro, comer por emociones ¿Los niños también también lo hacen?
Sí, es posible que los niños igual que los adolescentes o los adultos coman en base a las emociones que experimentan o incluso por aburrimiento. Sabemos que comemos para alimentar nuestras emociones cuando comemos tras un estado de ánimo específico, cuando tenemos un antojo por un alimento determinado y que no se satisface con ningún otro alimento y, además cuando surge rápidamente y con urgencia.
¿Cómo podemos identificar ese comer por emociones en nuestros hijos para intentar evitarlo?
Hay algunos signos que nos pueden ayudar a identificar la alimentación emocional, entre ellos están, por ejemplo:
- Comer en respuesta a una situación o emoción.
- Comer más cantidad de comida de lo habitual.
- Hacerlo en en momentos inusuales del día, como en mitad de la noche.
- Aumento de peso repentino .
- Comer a escondidas o esconder la comida, entre otras posibles actuaciones.
En esto tiene mucho que ver Serotonina y Dopamina, dos de los protagonistas de tu libro, ¿cómo los alimentamos bien para mantenerse sano?
La alimentación es una de las cosas que podrían modificar la fabricación intestinal de neurotransmisores como la serotonina o la dopamina.
- La serotonina es la conocida “hormona de la felicidad”, neurotransmisor ligado a la sensación de tranquilidad, calma, bienestar, relajación, que además regula los ciclos sueño-vigilia , el apetito, la saciedad, la agresividad, etc.
- Y la dopamina es el neurotransmisor asociado al aprendizaje, la recompensa y la alegría.
Los alimentos que impiden la fabricación natural de serotonina en el intestino son aquellos que nos producen inflamación o carencia de nutrientes como los azúcares refinados y los alimentos ultraprocesados como las galletas, los bollos, las chucherías, los refrescos y etc. Sin embargo, los alimentos que nos podrían ayudar a alimentar nuestro estado de ánimo son los frutos rojos, las verduras de hoja verde, las nueces, el pescado azul, los alimentos fermentados como el yogur, las legumbres, etc.
5 consejos prácticos para conseguir una alimentación con nuestros hijos
En Sanotes, sanitos, Blanca García-Orea nos propone al final unas cuantas recetas para comer bien, como un Helado de stracciatella con frambuesas (perfecto para estos próximos meses) o unos Cereales de chocolate con ingredientes saludables y naturales. Sin embargo, le hemos querido preguntar por 5 consejos generales y prácticos con los que conseguir que todo ese conocimiento recogido en su libro sea bien aprendido o, si se lo explicamos nosotros, lo pongan en práctica.
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