Cuasas de los despertares nocturnos y cmo calmarlos
Quizás te haya pasado, que tu bebé esté durmiendo por la noche y ¡de repente! se ponga a llorar descontrolado y sin consuelo. Según nos explica la experta en sueño infantil, Irene Moreno de Baby Koala (@babykoala.coach), se trata de “despertares en los que los peques se levantan en mitad de la noche llorando y chillando. Y, nosotros, los papás, damos un brinco de la cama, sobresaltados, porque escuchamos llorar a nuestro peque como si algo malo le pasara”. Aunque también puede suceder que, por ejemplo, el bebé está durmiendo una siesta diurna y su despertar sea algo enrabietado, se levante irascible o más intranquilo e inquieto… ¿Por qué sucede esto?
Principales motivos que propician los ‘malos despertares’
Tenemos que partir de la base de que cada niño es un mundo, pero en cuestiones de sueño infantil, existen una serie de motivos que son clave y normalmente, los causantes de que los niños se despierten de esta manera. La coach nos enumera cuáles los principales:
¿Cómo podemos ayudarles a evitar estos sobresaltos?
La coach de sueño infantil, nos da una serie de pautas que nos pueden ayudar a aliviar la intesidad de estos sucesos, e incluso, evitarlos:
- Asegurarnos de que están descansados: “Unas horas adecuadas de sueño diurno son fundamentales para su descanso nocturno. Cuando están ‘sobre cansados’ las probabilidades de sufrir terrores nocturnos o pesadillas aumentan”, afirma.
- Seguir una buena rutina y ritual de sueño previo a la hora de dormir: “Esto les aporta seguridad y se irán a la cama/cuna más tranquilos”.
- No utilizar pantallas una hora antes de dormir: puesto que “la luz azul interfiere con la producción de la hormona del sueño, la melatonina, dificultando la conciliación del sueño nocturno”, señala.
¿Cómo calmarles en los despertares nocturnos?
“De la manera que sea más fácil para cada bebé, porque cada bebé es un mundo. Hay algunos que no les gusta que les cojan en brazos, por ejemplo, porque tienen un apego diferente, ambivalente, inseguro... incluso, ¡no les gusta que les toquen! En ese caso, le acompañas, le cantas una canción... Hay otros que les encanta el contacto físico y cuando les coges en brazos se calman”, explica la coach.
Y, por último, para ayudar a los peques en el caso de que el despertar sobresaltado sea en una siesta diurna, lo mejor es poco a poco ir devolviéndoles a la tranquilidad. Esto lo podemos conseguir, por ejemplo: “Calmándole y volviéndole a dormir. Yo siempre utilizo el contacto: abrazos, besos... y canciones. Si no se duerme, puedes ir subiendo las persianas con él en brazos poco a poco y cuando consigamos que se calme, ¡empezar la tarde!”, recomienda. Por ejemplo, realizando junto a él una actividad que le guste mucho, como pintar o jugar con sus juguetes favoritos durante un rato, ofrecerle ir a dar un paseo, ir al parque… En definitiva, hacerle cambiar el chip para que supere ese bache y cambie su humor.
En ocasiones, estos sobresaltos son incontrolables por parte del pequeño y suelen coincidir con sus ‘crisis madurativas’: “Esos despertares complicados también pueden estar causados por las ‘regresiones del sueño’. Estas afectan a las siestas y hacen que los peques las peleen, estén más inquietos... por eso, es tan importante que tengan una buena higiene del sueño y la importancia de inisistir en que hagan las siestas, que tanto necesitan”.
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